El tipo más común tiene como elemento
esencial una bomba que envía chorros de agua (calentada por una resistencia
eléctrica), desde distintos ángulos, contra los objetos debidamente colocados en
rejillas fijas o, en ocasiones, giratorias. Al término del ciclo de lavado,
incluido el enjuagado, una resistencia eléctrica se encarga de secar los
platos. Los lavaplatos o lavavajillas más modernos están provistos de sistemas
de seguridad que impiden la salida de agua incluso en caso de funcionamiento
defectuoso, y de un dispositivo de parada de la bomba si la puerta está
abierta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario